Se refiere a la cantidad de vehículos o personas que circulan por una determinada vía o ruta en un período de tiempo específico. Este concepto es fundamental para entender y gestionar eficazmente el tráfico en áreas urbanas y carreteras. El flujo puede variar considerablemente a lo largo del día, dependiendo de factores como la hora, eventos especiales, condiciones climáticas y la infraestructura vial disponible. Una adecuada gestión del flujo es esencial para evitar congestiones, mejorar la seguridad vial y garantizar una movilidad eficiente para todos los usuarios de la vía.
En la planificación urbana y el diseño de sistemas de transporte, es crucial considerar el concepto de flujo para optimizar la circulación y minimizar los tiempos de viaje. Se pueden implementar diversas estrategias, como semáforos sincronizados, carriles exclusivos para el transporte público y la promoción de alternativas de movilidad sostenible, para mantener un flujo constante y fluido en las ciudades. Comprender el flujo de tránsito es esencial para abordar los desafíos de la congestión vehicular y construir un entorno urbano más habitable y eficiente desde el punto de vista de la movilidad.