Se refiere a la distancia desde el borde de la vía pública hasta la fachada principal de los edificios a lo largo de una calle o carretera. Esta medida es esencial para determinar la alineación y el espacio disponible para el tráfico vehicular y peatonal. La línea de edificación ayuda a establecer un patrón uniforme en el desarrollo de áreas urbanas, permitiendo un flujo de tráfico más seguro y una estética visual cohesiva en la comunidad.
En el contexto del tránsito, la línea de edificación también influye en la visibilidad en las intersecciones y en la capacidad de las calles para acomodar el estacionamiento y otros elementos de infraestructura. La planificación cuidadosa de la línea de edificación es esencial para lograr un entorno urbano funcional y agradable, donde se equilibre la necesidad de desarrollo con la seguridad y el bienestar de los residentes y usuarios de la vía pública. En resumen, la línea de edificación es un concepto esencial para la gestión eficiente del tránsito y la configuración de espacios urbanos que fomenten la movilidad sostenible y la calidad de vida de la población.