La electromovilidad es un concepto que ha ganado una importancia significativa en el mundo del tránsito y la movilidad urbana en las últimas décadas. Se refiere a la utilización de vehículos eléctricos, alimentados por baterías recargables o células de combustible, en lugar de motores de combustión interna que funcionan con gasolina o diésel. Esta transición hacia la electromovilidad tiene como objetivo reducir la contaminación ambiental y las emisiones de gases de efecto invernadero, ya que los vehículos eléctricos producen cero emisiones en su uso, lo que contribuye a mitigar el cambio climático y mejorar la calidad del aire en las ciudades.
La electromovilidad no solo implica la adopción de vehículos eléctricos, sino también la implementación de una infraestructura de carga adecuada, el fomento de la investigación y desarrollo de tecnologías más eficientes y sostenibles, y la promoción de políticas públicas que incentiven su adopción. Este concepto está transformando gradualmente la industria automotriz y el tránsito en las ciudades, promoviendo una movilidad más limpia y sostenible para el futuro.