Un cruce regulado en el ámbito de tránsito se refiere a un punto de intersección en una red vial donde el paso de peatones y vehículos se encuentra controlado y organizado por señales de tráfico, semáforos, o la presencia de agentes de tráfico. Este tipo de cruce está diseñado para maximizar la seguridad y eficiencia en el flujo del tráfico.

En un cruce regulado, las señales de tráfico, como las señales de STOP o CEDA EL PASO, indican a los conductores cuándo deben detenerse y cuándo pueden proceder. Los semáforos controlan el flujo de tráfico mediante luces de colores (rojo, amarillo y verde) que indican cuándo detenerse, prepararse para avanzar y cuándo es seguro avanzar, respectivamente. Además, las líneas peatonales marcadas en el pavimento indican dónde los peatones pueden cruzar de manera segura.

Los cruces regulados son particularmente importantes en áreas urbanas con tráfico pesado, donde la interacción entre vehículos, peatones y, en algunos casos, ciclistas, requiere una regulación cuidadosa para evitar accidentes y asegurar un flujo de tráfico suave. En algunos casos, los cruces pueden estar equipados con sistemas de detección de vehículos o temporizadores para optimizar los tiempos de los semáforos en función del volumen del tráfico.

En resumen, un cruce regulado en el ámbito de tránsito es un punto de intersección controlado por señales de tráfico, semáforos o agentes de tráfico, con el objetivo de garantizar la seguridad y eficiencia en el movimiento de peatones y vehículos.