Un paso peatonal, en el contexto del tránsito y la seguridad vial, es una infraestructura diseñada específicamente para permitir a los peatones cruzar de manera segura una calle o carretera. Estos cruces están marcados con líneas blancas en el pavimento y a menudo están acompañados de señales de tráfico, semáforos o señalizaciones específicas que indican a los conductores detenerse o ceder el paso a los peatones. El propósito fundamental de un paso peatonal es garantizar la seguridad de los transeúntes al proporcionarles un espacio designado y regulado para cruzar la vía, reduciendo así el riesgo de accidentes de tráfico.
Los pasos peatonales son esenciales para promover la movilidad y la convivencia en áreas urbanas y suburbanas. Además de marcar la ubicación adecuada para cruzar la calle, también fomentan la conciencia entre los conductores sobre la presencia de peatones, lo que disminuye la velocidad y aumenta la precaución al acercarse a estas zonas. En resumen, un paso peatonal es una herramienta crucial para mejorar la seguridad y el flujo del tráfico al dar prioridad a las personas que caminan, contribuyendo a la creación de entornos viales más seguros y amigables para todos los usuarios de la vía.