Una bifurcación en el contexto de tránsito y automóviles es una situación en la carretera donde esta se divide en dos direcciones separadas, obligando a los conductores a elegir entre dos rutas distintas. Esta configuración es común en autopistas, carreteras y en algunas calles urbanas. La bifurcación suele estar señalizada con claridad para informar a los conductores de la necesidad de tomar una decisión de ruta.

Desde el punto de vista de la señalización, una bifurcación se anuncia con señales de tráfico específicas. Estas señales pueden mostrar símbolos o texto que indica la dirección de las distintas ramas de la carretera, como nombres de ciudades, números de ruta o puntos de interés. A menudo, se utiliza una señal con forma de «Y» para simbolizar la bifurcación, sugiriendo visualmente la separación de la carretera en dos caminos.

En términos de diseño vial, las bifurcaciones están diseñadas para facilitar una transición suave entre las rutas, con carriles que se separan gradualmente y proporcionan suficiente espacio para que los vehículos cambien de dirección de manera segura. La ingeniería de una bifurcación es crucial para evitar confusiones y accidentes, especialmente en áreas de alta velocidad como autopistas.

En la práctica, al acercarse a una bifurcación, los conductores deben estar atentos a las señales de tráfico y prepararse para elegir el carril adecuado. Esto puede requerir reducir la velocidad y estar conscientes de otros vehículos que también pueden estar cambiando de carril. La anticipación y la comprensión clara de la señalización son clave para navegar con éxito por una bifurcación.

En resumen, una bifurcación es un elemento crítico en la red de carreteras que requiere una atención cuidadosa tanto en su diseño como en su uso por parte de los conductores, asegurando así un flujo de tráfico seguro y eficiente.