Se refiere a la aplicación de marcas, señales y símbolos en la superficie de la vía para guiar y regular el tráfico vehicular de manera eficiente y segura. Estas demarcaciones pueden incluir líneas que dividen los carriles, flechas que indican la dirección de circulación, símbolos que alertan sobre zonas de peligro, así como marcas que delinean los cruces peatonales y áreas de estacionamiento. El propósito fundamental de una demarcación vial es proporcionar una comunicación visual clara a los conductores y peatones, ayudándolos a comprender y obedecer las normas de tránsito, reduciendo así el riesgo de accidentes y mejorando la fluidez del tráfico.
Las demarcaciones viales se diseñan siguiendo estándares y regulaciones específicas para garantizar su efectividad y uniformidad en todo el sistema de carreteras. Además de su función práctica, estas demarcaciones también contribuyen a la estética y organización de las vías urbanas y rurales, desempeñando un papel crucial en la seguridad vial y en la prevención de congestionamientos. En resumen, una demarcación vial es un elemento fundamental en la infraestructura vial que, cuando se planifica y ejecuta correctamente, contribuye significativamente a la movilidad segura y eficiente en nuestras calles y carreteras.