Una Vía de Tránsito Restringido es un tipo de carretera o calle diseñada específicamente para regular y controlar el flujo vehicular de manera más eficiente y segura. Estas vías suelen estar reservadas para ciertos tipos de vehículos o situaciones especiales, lo que significa que no todos los automóviles pueden acceder libremente a ellas. Por lo general, se restringe el acceso a vehículos autorizados, como transporte público, servicios de emergencia y algunos vehículos de uso comercial. Estas restricciones se imponen con el objetivo de garantizar un tráfico fluido, reducir la congestión, disminuir la contaminación del aire y mejorar la seguridad vial.
Las Vías de Tránsito Restringido suelen estar señalizadas claramente con letreros y marcas en el pavimento para indicar las restricciones y los momentos en los que se aplican. Los conductores deben respetar estas reglas y evitar ingresar a estas áreas si su vehículo no está autorizado. En muchas ciudades, estas vías también pueden estar equipadas con sistemas de control de acceso, como barreras automáticas o cámaras de vigilancia, para garantizar el cumplimiento de las restricciones y mantener el orden en el tráfico. En resumen, una Vía de Tránsito Restringido es una herramienta importante para gestionar el tráfico y promover la movilidad sostenible en áreas urbanas y metropolitanas.