La velocidad de operación, en el contexto del tránsito y la circulación vehicular, se refiere a la velocidad a la cual los vehículos pueden moverse de manera segura y eficiente en una carretera o vía determinada. Esta velocidad no es fija y puede variar según las condiciones del tráfico, el tipo de carretera, la meteorología y otros factores. La velocidad de operación es esencial para garantizar la seguridad en las carreteras, ya que establece un límite máximo de velocidad que los conductores deben respetar para evitar accidentes y mantener un flujo de tráfico fluido.
Para determinar la velocidad de operación, se realizan estudios de tráfico y se tienen en cuenta factores como la densidad vehicular, la geometría de la carretera y la visibilidad. En general, se busca establecer una velocidad que permita a los conductores reaccionar de manera adecuada ante situaciones inesperadas y evitar colisiones. Las autoridades de tránsito utilizan esta información para establecer los límites de velocidad máxima en las carreteras y para implementar medidas de control de velocidad, como señales de tráfico y radares de velocidad, con el objetivo de mantener un ambiente seguro para todos los usuarios de la vía.