La Ley Emilia es una importante legislación en Chile que busca fortalecer la seguridad vial y prevenir accidentes de tránsito causados por conductores en estado de ebriedad. Esta ley lleva el nombre de Emilia Silva Figueroa, una niña de tan solo 5 años que perdió la vida en 2013 debido a un choque causado por un conductor en estado de ebriedad. En su honor y como respuesta a esta tragedia, se promulgó la Ley Emilia en 2015, que establece penas más duras para quienes conduzcan bajo los efectos del alcohol o las drogas, además de implementar medidas más rigurosas para la prevención de estos actos.
Esta ley ha tenido un impacto significativo en la conciencia pública y en la disminución de accidentes relacionados con la conducción bajo los efectos del alcohol en Chile. Además de aumentar las sanciones para los conductores ebrios, también estableció la figura de «emiliazo», que implica la suspensión indefinida de la licencia de conducir para aquellos conductores que reincidan en esta peligrosa práctica. La Ley Emilia se ha convertido en un símbolo de la lucha por la seguridad vial y ha contribuido a cambiar la percepción de la sociedad chilena sobre la importancia de no beber y conducir, salvando vidas y promoviendo una cultura de responsabilidad en las carreteras del país.